La frutilla blanca (Fragaria chiloensis) es una planta resistente que puede soportar el clima invernal de la zona central y sur de Chile, pero requiere ciertos cuidados para asegurar su buen desarrollo. Aquí te dejo algunos consejos para cuidar esta planta durante el invierno:
1. Ubicación adecuada:
La frutilla blanca necesita un lugar con buena exposición al sol para florecer y producir frutos, pero en invierno es importante que reciba algo de protección contra heladas intensas. Busca un lugar donde no esté expuesta directamente a corrientes de aire frío o heladas fuertes.
2. Protección contra el frío:
Si vives en una zona donde las temperaturas bajan mucho, considera cubrir la planta con una capa de paja, hojas secas o mantillo para protegerla del frío excesivo. Esto también ayudará a conservar la humedad en la tierra.
3. Riego moderado:
Durante el invierno, la frutilla blanca no requiere tanto riego, ya que el frío ralentiza su crecimiento. Asegúrate de que el sustrato no se encharque, ya que el exceso de agua y las bajas temperaturas pueden provocar la pudrición de las raíces.
4. Cuidado del suelo:
El suelo debe tener un buen drenaje. Puedes añadir compost o materia orgánica para mejorar la estructura del suelo y asegurar que las raíces no se vean afectadas por el agua estancada.
5. Poda ligera:
Si las plantas están muy desgastadas, realiza una poda ligera para eliminar las hojas secas o dañadas. Esto ayudará a que la planta conserve energía durante los meses más fríos.
6. Evitar fertilización excesiva:
Durante el invierno, no es necesario fertilizar demasiado. Es mejor hacerlo en primavera, cuando la planta comience a activarse y crecer nuevamente.


la frutilla blanca (Fragaria chiloensis) es más resistente que la frutilla roja típica (Fragaria × ananassa), especialmente en cuanto a su adaptación a climas fríos y su capacidad de sobrevivir durante el invierno. Aquí te explico por qué: 1. Mayor resistencia al frío: La frutilla blanca es originaria de zonas costeras de Chile, donde las temperaturas pueden ser frías durante el invierno. Su resistencia a las heladas y a las bajas temperaturas es superior a la de la frutilla roja común, que generalmente es más susceptible a las heladas severas y a los cambios bruscos de temperatura. 2. Longevidad: La frutilla blanca tiende a tener una vida útil más larga en comparación con la frutilla roja típica. Esto se debe a que su crecimiento es más lento y menos susceptible a enfermedades fúngicas, lo que le permite desarrollarse durante más tiempo. Además, la planta produce frutos durante un período más largo, a menudo de manera más esporádica, lo que hace que la temporada de cosecha sea más extensa. 3. Menor mantenimiento: La frutilla blanca es más autofecundante y puede adaptarse mejor a distintos tipos de suelo, lo que significa que requiere menos intervención y cuidado en comparación con las fresas rojas. Esto también contribuye a su longevidad y resistencia, ya que es menos propensa a ser afectada por factores externos. 4. Sabor y calidad: Aunque la frutilla blanca tiene un sabor más suave y menos dulce que la roja, su resistencia y durabilidad la convierten en una opción atractiva para aquellos que buscan una planta más rústica y resistente, sin perder la calidad del fruto. En resumen, la frutilla blanca es más resistente al frío y dura más tiempo en términos de producción y longevidad en comparación con la frutilla roja típica. Si vives en una zona con inviernos fríos, esta puede ser una excelente opción para tu huerto.